¿Para qué sirve un taller literario? Algunas preguntas sobre un taller literario



¿Para qué sirve un taller literario? 
 ¿Qué transmite el escritor al iniciado? ¿experiencia, técnica, oficio?  ¿Qué hacen allí esas personas reunidas alrededor de mesas que  parecen una merienda tardía donde se mezclan textos, libros,  galletitas y termos de café?
¿Es posible aprender a escribir?
Sí. En la Argentina, a escribir narrativa se aprende en talleres privados o centros culturales. En Estados Unidos, por ejemplo, hay 300 talleres de escritura creativa en las universidades.
Al parecer, al taller literario se va, entre otras cosas, a buscar miradas. Para una actividad tan solitaria como escribir, la lectura ajena resulta una referencia necesariaEso sí, hay que buscar un lector exigente. El taller se basa en la reelaboración del texto, si se va a buscar aceptación no sirve.
Al taller literario, también, se va a buscar disciplina. Para algunos, la mayor razón es obligarse a escribir. Hay personas que pueden tener talento pero les falta sentarse a trabajar todos los días.
¿Pero qué se hace allí?  
La forma de trabajar depende de cada escritor. Algunos trabajan con ejercicios cortos que se leen en el momento y con consignas para escribir en la casa, destinadas a despertar la imaginación y abrir nuevos mundos. En otros talleres se trabaja con los textos que están escribiendo los que asisten, se lee, todos opinan. Allí los textos son sometidos a un minucioso trabajo de corrección.

¿Qué se corrige?  
Desde reglas básicas -evitar rimas involuntarias o redundancias- hasta desafíos más complejos como liberarse de convencionalismos, lograr verosimilitud, que la historia tenga carnadura, que no sea aburrida. El coordinador transmite su experiencia al alumno para ayudarlo a superar problemas de escritura.

¿Pero entonces cualquiera puede escribir?  
Sí. Se puede ser bueno o malo, pero no es algo reservado para almas elegidas e inspiradas.
No todos acuden a un taller para convertirse en escritores. Escribir es una forma de elaborar cuestiones que uno tiene en la cabeza de una manera oscura, permite contar cosas que quizá de otra manera no se contarían. La escritura exorciza, libera y transforma. Y puede cambiar la vida.

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